domingo, 13 de diciembre de 2015

Puente en Extremadura

Llegó diciembre y con él el puente de la Constitución. Aprovechamos para visitar Extremadura, una comunidad que no conocíamos.
Partimos de Guadalajara para visitar, en primer lugar Mérida; fundada en el año 25 a. C. es un impresionante vestigio de tiempos del esplendor de Roma. Disfrutamos callejeando, visitando el templo de Diana, el museo romano, y especialmente, el teatro y el anfiteatro, que visitamos por la noche con una guía.

El siguiente lugar a visitar fue Cáceres, precioso casco antiguo conservado a la perfección; si en Mérida "viajamos" a tiempos de Roma, en Cáceres nos trasladamos a la Edad Media; recorrimos sus calles de arriba a abajo, y aprovechamos para visitar las murallas.

Después le tocó el turno a Trujillo, fiel reflejo de la vida medieval y del renacimiento en cuyas fachadas se puede leer la evolución histórica del pueblo como si fuese un libro abierto cuyas páginas nos llevasen desde los tiempos de la lucha entre moros y cristianos hasta los días de oro y esplendor que siguieron al "descubrimiento" de América. La visita guiada por todo el casco antiguo fue un acierto.

El último día aprovechamos para una parada improvisada en Monfragüe para deleitarnos con sus vistas y con el tranquilo vuelo de los buitres, y una visita rápida a Plasencia, que nos acogió con sus dos catedrales, parte de un conjunto realmente original y sin paragón.

De vuelta, la sensación de un viaje bien aprovechado y muy disfrutado, pero también, cómo no, la certeza de dejarnos muchas cosas por ver. Pero, en fin, ¿acaso no forma eso parte de los viajes y de la magia de descubrir nuevos lugares?

lunes, 31 de agosto de 2015

Pirineos franceses (Aquitania)

Para terminar bien el verano, nos hemos marchado con la caravana y hemos estado circulando una semanita por los Pirineos franceses, más concretamente, la zona del Parc National des Pyrenees. Aquí va una pequeña descripción rápida de lo que vimos.

Partimos de Teruel para ir de tirada hasta Sabiñánigo, donde pasamos la primera noche en una zona de pernocta para caravanas. Esta zona es muy recomendable: por cuatro euros puedes pasar allí un máximo de 48 horas con conexión a red eléctrica; también hay zona de vaciado de aguas y una fuente.

Al día siguiente aprovechamos para visitar Jaca, muy cerquita de Sabiñanigo y deleitarnos con su ciudadela (visita guiada por 5 euros) y con un vistazo a su catedral.
Desde allí, después de comer partimos hacia nuestro destino: Laruns.
Ya en la zona de los Pirineos y después de cruzar por el puerto del Portalet Laruns nos espera a poco más de 500 metros de altura pero rodeado de cumbres que pasan de largo los 1500 metros.

Decidimos que Laruns sería nuestro "campamento base" y desde allí nos desplazaríamos con el coche. Durante nuestros días de estancia aprovecchamos para visitar:

- Le petit train d'Artouste: el tren turístico más alto de Europa, que ofrece un impresionante recorrido por las laderas del valle Soussouéou y desemboca en las cercanías del lago de Artouste al cual puedes acercarte a pie.






- Eaux-Bonnes: un precioso pueblecito que conoció tiempos mejores en cuyas cuatro calles se dibuja un ambiente decadente que refleja los restos de grandeza que un día hubo en ese lugar cuyos habitantes siguen mostrando entereza en su lucha contra el despoblamiento.

- Laruns: no íbamos a dejar de visitar el pueblo ya que estábamos por allí...

- Le Grand Gabizos: pico de 2692 metros, cerca del puerto d'Aubisque (que los amantes del ciclismo conocerán seguro); una exigente caminata que salva 1300 metros de desnivel en poco más de trece kilómetros. 

- Gourette: pueblo "sede" de una de las estaciones de esquí de la región desde el cual parten inumerables rutas para hacer a pie por las inmediaciones. 


Decir que, una vez más, fueron muchas las cosas que se quedaron en el tintero, por lo que, de nuevo, tenemos una excusa para justificar el regreso a una región que dejamos atrás tras un viaje que hemos disfrutado a tope.

miércoles, 17 de junio de 2015

El Chorro de Valdesotos

La excursión de hoy nos lleva de vuelta a la sierra de Guadalajara. Salimos con la mañana ya bien entrada, así que planeamos comer primero y dejar la ruta para desués. Para comer vamos a Tamajón, donde comemos en el restaurante La Tienda; tienen tres menús, 18, 25 y 35 euros. El primero nos pareció algo excesivo para los platos que lo conformaban, así que decidimos darnos un homenaje y decidirnos por el de 25. La conclusión: hay que ir con hambre, con mucha hambre... Menú más que contundente a base de productos de matanza, con ensalada para "desensebar". En resumen, muy recomendable si decidimos darnos un pequeño placer.

Por la tarde, con la barriga bien llena nos encaminamos a Valdesotos, a unos kilómetros de Tamajón (por cierto, pudimos ver una bandada de buitres al borde de la carretera, a tan sólo unos metros, que se estaba dando un atraco con una cabra recién atropellada). Desde allí, una ruta sencillita nos lea, tras sólo dos kilómetros de caminar junto al río hasta el conocido Chorro de Valdesotos, una poza con caída de agua incluída donde pudimos remojarnos y reposar la comida durante un rato antes de emprender el camino de vuelta.

Chinchón

Hoy pasamos el día en Chinchón, un pueblicillo de Madrid cuyo mayor encanto es su hermosa plaza mayor, auténtico centro neurálgico del pueblo en torno al cual gravita todo lo relacionado con Chinchón. A destacar también el ambientillo de las terrazas y la variada oferta de sitios para comer.

sábado, 11 de abril de 2015

Viaje de Semana Santa: Serranía de Cuenca

Un año más llega la Semana Santa y hay que preparar un viaje... ¿Dónde podremos pasar nuestras vacaciones?
El destino elegido para estas vacaciones es: Cuenca, una provincia manchega con encanto y poco conocida.
Al decidirnos por realizar el viaje con caravana en esta ocasión, algo a tener en cuenta en la preparación y que resulta una dificultad añadida en el trasporte, era elegir una ruta con carreteras idóneas para nuestro transporte. Así, finalmente nos decidimos por la N-330 / N- 420 para evitar cruzar la Sierra de Albarracín.
Nos alojamos en el camping "Las Majadas", un lugar tranquilo cerca del Parque El Hosquillo (Parque Cinegético Experimental) ubicado en plena Serranía.

El primer día nos desplazamos hasta Cuenca capital, donde pasamos el día recorriendo sus calles y donde realizamos con guía una ruta por el casco histórico.
A la vuelta nos desviamos para contemplar El Ventano del Diablo, un balcón natural y mirador de Villalba de la Sierra a pocos kilómetros del desvío hacia la Ciudad Encantada.

El segundo día decidimos desplazarnos hasta la Hoz de Beteta, concretamente a la Fuente de los Tilos para hacer la Senda Botánica, una ruta sencilla que discurre en todo momento junto al río Guadiela.
A la vuelta paramos en Beteta pueblo a pasear por sus calles, y subimos al castillo de Rochafría a contemplar las vistas del pueblo desde las alturas.
Ya de camino al camping visitamos Poyatos, un pueblo con traza medieval donde pasear por sus calles tranquilas; Lagunillos, un área recreativa por donde discurre el río y donde podemos encontrar una pequeña Torca que forma una laguna; y la Fuente de la Tía Perra, un área recreativa donde poder encender fuego (mirar normativa), dispuesto con mesas para comer.

El tercer día no pudimos disfrutar del Parque del Hosquillo por un incidente en los caminos que llevan hasta lo alto de una loma desde donde se pueden ver los osos de dicho parque.
No obstante rematamos el día visitando por la tarde Los Callejones, un paisaje similar a la Ciudad Encantada, exceptuando un detalle: la entrada es gratuita. 

Al día siguiente, ya de vuelta, nos dirigimos a Portilla, un pueblo situado cerca de Viallalba de la Sierra, y ya al pasar Cuenca nos detuvimos en Cañada del Hoyo para tomar el camino hacia las Torcas y lagunas. Una visita muy recomendable si se pasa cerca de la zona o se visita Cuenca capital, puesto que la belleza y extrañeza de las lagunas hacen de esta visita toda una experiencia.

Lo peor: los caminos que se dirigen al Hosquillo no están habilitados para todo tipo de turismos. en nuestro caso se nos quedó el coche encallado en un charco y nos tuvieron que ayudar a sacarlo. Lo bueno es que sigues encontrando a gente amable en los viajes.

Lo mejor: la visita guiada por Cuenca. El chico amenizaba las dos horas de visita. Eso sí, garantizar en la oficina de turismo que estén acreditados como guías turísticos de la ciudad (el precio es de 5€, pero merece mucho la pena).

Ah,y un consejo: evitar decirle a los conquenses "casas colgantes" o "la procesión de los borrachos" (las turbas).




domingo, 5 de octubre de 2014

Trillo y Tetas de Viana

Desde Guadalajara, nos dirigimos hasta Trillo con el fin de ver las Tetas de Viana, pero también con la curiosidadd añadida de pasar junto a la central nuclear.
Las tetas de Viana las visitamos siguiendo una ruta que sale de la localidad de Viana y que, en 2,5 kilómetros te situa al pie de la pared que corona una de las tetas, a la que podemos ascender gracias a una escalera de mano situada allí.
Sobre la marcha, añadimos a la ruta el pueblo de La Puerta, con su llamativa pared de roca natural flanqueando el municipio (donde conocimos a la dueña del bar Benito, original de Villarquemado (Teruel). A la vuelta, aprovechamos para hacer un par de paradas y coger nueces en varios nogales silvestres.

Lo mejor: la amabilidad de la mujer del bar que no sólo nos atendió bien, si no que además nos regaló productos de su huerta. La noguera situada en frente de la oficina de turismo de Trillo, donde en unos minutos recogimos un par de kilos de nueces.



domingo, 11 de mayo de 2014

Peñas Royas (Montalbán)

Hoy tocaba un breve paseo por el barrio de Montalbán conocido como Peñas Royas. Para llegar hasta la pedanía tomamos la carretera que parte desde Montalbán y tras recorrer 5 kilómetros llegamos al merendero que hay a la entrada. Desde allí atravesamos la calle principal para dirigirnos a la zona más interesante, el pozo de los Bolletes, en un entorno magnífico enmarcado por frondosa vegetación, formaciones de rodeno de decenas de metros de altura y el fluir tranquilo del río Martín, ¿se puede pedir más?

Además no es difícil, en esta zona, observar el vuelo de los buitres en la distancia, o incluso, con algo de suerte, encontrarlos encaramados en el borde de los salientes rocosos.